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ALTILLO

tiempo ema

tiempo de semifuga

dejame
            que piense en voz alta
y que cuando piense
cada palabra sea arrastrada por el viento
que sopla cuando uno piensa,

que
       a todo el mundo menos a vos
no le importe ni la panza
de las palabras con panza que te digo,

y ocurra 
   al rato, siempre al rato
   que intentes
recapturar lo que se desustancia
o bien, lo que ya no está
sino volando
hacia                             el país de las palabras

(la fabulosa instancia mental)
que siempre logro                                      parir
cada vez que me hacés s e ñ a s
desde el otro punto del agua

y, que aún intentando conformarte con las cenizas
de mis urgentes necesidades,


así como el hambre a las migajas,
como el oido absoluto al silencio
como un rincón de tu piel a un índice ajeno

no puedas más que eso,                       mirarme desde el otro punto del agua.

(que no es más que el país
de los oídos que aguardan las palabras
del país vecino).

 

siesta par

a fin de cuentas
el mundo se hizo un bollito,
sufrió un trance,
se hizo chocolate la almohada
y me dormí
empezando a creer que no
hacía falta
más que añorar resucitar
o ser el mismo éter que flota
entre los dientes
de una deglución
y
quien oye el silencio
es dejado
de lado
por sordo;
pero el gusto de la madera
y el papel de la carta
aún quedan en el rincón
de la habitación
los sonidos
no saben qué esperar;
quizás el muerto se haga mensaje
el sueño se biotransforme en ring,
adquiera la forma de sexto dedo sonoro
y la siesta par concluya de golpe,
con un sueño de sonido monosilábico, ring,
o con cualquier otra insignificante excusa vespertina

o seo

explotó la bomba
y salieron
unos hombrecitos al paso

explotó la bomba
pero no fue una de esas veces
que los colores se tiñen
todos hacia el lado del azul
sino que más bien
goteaban témpera
y frenado en el tiempo y el espacio hay
un gesto bomba
un coche
un perfecto intento por no decir nada
un resumen de intenciones
nada de lo que todos escuchamos cuando
oímos voces


anatómicamente la bomba
explotó en la clavícula,
por eso los hombres
salieron caminando nomás